jueves, 1 de agosto de 2013

Desde la grada


"¡Voy a ir a verte! ¡Voy a ir a verte!". Creo que desde que compitió el año pasado en Pamplona llevo repitiendo esta frase a Sergio, como una niña, cada una de las veces en las que nos encontrábamos. Como en mi casa me han enseñado que hay que ser alguien "de palabra" (y si no mejor no hablar, que yo tiendo a ello demasiado), sabía que o acudía de una vez a alguna de sus citas deportivas, o callaba para siempre.

Alcobendas, julio. Un binomio nada atractivo para mí, pero tras el cual resultó darse el momento. Se trataba del campeonato nacional, del adiós de Sergio como atleta, y de la participación de otra persona que me interesaba: July. Al principio fue algo raro porque mi 'planning' vacacional decía que ese sábado estaría pisando mar, y sin embargo, allí estaba yo, sentada con mi amiga Sara en unas gradas de un municipio a las afueras de Madrid, algo desubicadas entre tanto atleta y familiares de los susodichos. Una barra de bar, con un cartel enorme que decía "minis a 6 euros", vaticinó que la tarde al final, sería entretenida. 

Y es que me di cuenta de la verdad nada más pisar este complejo deportivo madrileño: nosotras no teníamos mucho que ver con el entorno. Un entorno que tenía un claro titular, el deporte, esa disciplina tan bien valorada por la sociedad y que va mucho más allá de la ejecución de una actividad física. 

Un cielo sorprendente cubría estas últimas horas de la tarde, en un día en el que el calor había dado una buena tregua. Con la agradable temperatura, la luz tan bonita y ese "mini" entre las manos, todo se veía mejor. Sin darnos cuenta, estábamos totalmente metidas en el papel de público, disfrutando de todas esas cosas que sólo había visto en televisión, y que al descubrirlas en vivo, me parecieron apasionantes: al sonido del disparo que anunciaba la salida a los corredores de 100, 400, 800, o 1500 metros, le seguía ese gran salto en la arena, el grito del protagonista de la prueba de peso, o la acrobacia del atleta con su inseparable pértiga que veíamos más a lo lejos. A todo ello, se unían otro tipo de sensaciones como la que producía el choque de una valla con el suelo al caer, el 'ooohh' de un público que parecía entendido y las lágrimas de una atleta retirada por cruzar la línea de salida antes de que el disparo sonara. Una sola pista que acogía las dos caras de la moneda que el deporte, como la mayoría de las cosas, también tiene.

Con la música de fondo y el sol cayendo, decenas de jóvenes voluntarios escoltaban la zona y transportaban las pertenencias de los atletas (muy curioso, también nuevo para mí), los cámaras de televisión se comían su merecido bocadillo tras su máquina y los fotógrafos, menos afortunados ellos, salían a pista en busca del objetivo. Nervios, tensión, y emociones a flor de piel que los deportistas dejaban transpirar tras sus equipaciones (que por cierto, cada vez son más bonitas), eran la constante de la tarde.

Algo más de las diez de la noche y nuestro Sergio se disponía a saltar. Antes de que lo hiciera, lo primero que me vino a la cabeza fue: ¿dará él palmas? Y es que, este día también descubrí que en esto de la longitud, animar al público para que todos nos pongamos a dar palmas antes y durante el salto, debe ser todo un ritual. Qué animados ellos, ¡oye! Pero no, Sergio, como era de esperar (reservado él), no dio palmas. Y me gustó. El salto se merece el 100% de la atención, tanto por parte del deportista como del público, y unas evasivas palmas en ese preciso momento, no me terminaban de convencer. Aunque insisto, para quien le funcione, me parece una fórmula perfecta. Su primer salto fue el que más me gustó, y no porque fuera el mejor  de los tres que hizo (que lo fue), sino porque cuando vi en el panel su "7,14 metros" me dio muy buen rollo: el 7 siempre ha sido mi número favorito y el 14 es especial, es su múltiplo, me gusta estéticamente, y es el día de mi cumpleaños. Una tontería, sí, pero para mí fue buen rollo. En el número siete del podio es también donde se posicionó, varios puestos por debajo de lo que intuyo que en otras ocasiones, sin lesiones de por medio, hubiera conseguido. Pero lo más importante es que sólo él sabe el esfuerzo que hizo para llegar hasta aquí. Una vez más, participó, saltó, y lo consiguió. Y con eso nos quedamos todos.

La noche ya había caído y era el turno para la marchadora July. Recuerdo perfectamente estas palabras en una entrevista que tuve el placer de hacerle: "muchas veces no tienes unas cualidades tan buenas como las de otras compañeras, pero si te esfuerzas, si trabajas duro a diario y si luchas de verdad por lo que crees, los puedes terminar superando". Con esas declaraciones, July dejaba claro que trabajo y constancia forman el tándem perfecto. El pasado 28 de julio, lo volvió a demostrar. No sólo consiguió el oro en la competición de Alcobendas, sino que batió el récord de España de 10.000 metros marcha con 8 segundos menos que la anterior plusmarca. Una 'supergirl' en pleno subidón de su carrera que dará mucho de qué hablar. ¡A por todas July! 

Pero si de algo me sirvió ser partícipe del 'Campeonato de España Absoluto de Atletismo', fue para recordar el gran poder del deporte. Algo obvio, lo sé, pero para la gente  que no lo vivimos diariamente muy de cerca, corremos el riesgo de olvidarlo. Y en citas como la de este pasado fin de semana, se palpan de cerca esos valores que lo acompañan y que se pueden fácilmente extrapolar a otras facetas de la vida. El deporte traspasa siempre las fronteras que él mismo propone, funciona como motor en la vida de muchos, y es necesario, sano, sacrificado y además, sorprendente. Es ahí cuando me doy cuenta de que en mi vida, me gustaría encontrarme con retos como los que produce el deporte, me gustaría conocerme a mí misma como se consigue a través del deporte, que me sorprendan como lo hace el deporte, y terminar superándome como se logra gracias al deporte.

Motivos de sobra para pensar que no estamos ante ninguna tontería. Ahora sólo nos falta que nos concedan ese 'Madrid 2020', y se lo demostraremos al mundo entero. Go!








Y mis preferidas...

*Abrazos / satisfacción / alegría  

+

*Cansancio / reto superado  


*Las palmas



*El bocadillo!!!


*July, en pleno reto... y marchando hacia Moscú.


* Y Sergio, pensativo sobre el césped momentos antes de su prueba. 
Abajo, tras sus 7,14 metros, que estoy segura que le traerán suerte... allá donde vaya.


Fin

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