lunes, 2 de julio de 2012

Bardenas Reales: un lugar para respirar

El diseño y la naturalidad del campo virgen se funden en esta propuesta radical. Se trata de `Aire de Bardenas´, un hotel de lujo situado en medio de un paraje único: el desierto que compone el parque natural de las Bardenas Reales de Navarra.






Al recorrer el último tramo, un camino estrecho y de cierta dificultad, empezamos a divisar nuestro destino. Desde allí vemos una serie de cubos blancos, semejantes a unas cámaras frigoríficas, ubicados en medio de un campo de trigo, y que formarán este hotel de lujo perfectamente integrado en el lugar. “Vas por la carretera y apenas lo distingues del resto de paisaje, no llama la atención”, nos cuenta un cliente. Y es que, la innovación y el respeto al medio ambiente, fueron una primera apuesta en firme que sus propietarios han querido mantener.

Lejos de querer resaltar, `Aire de Bardenas´ persigue una fusión en medio de este imponente paisaje desértico. Para ello, se propusieron crear algo que se asociara a las construcciones agrícolas de la zona, y usar materiales que habitualmente fueran utilizados por los agricultores. Las cajas de fruta colocadas en el perímetro del hotel y que funcionan como cortavientos, son un claro ejemplo de ello. Un espacio sostenible compuesto por materiales que o bien se pueden reciclar, o proceden de otras piezas ya creadas.

Una única planta baja que acoge un total de veintidós habitaciones, trece de las cuales disponen de un jardín privado. El resto, son diferentes módulos construidos de forma separada, con unos grandes cristaleras que miran hacia el campo, bajo los cuales te puedes sentar adentrándote de lleno en el paisaje. Árboles frutales, o una gran bañera al aire libre, diferencian a las habitaciones más distinguidas. La arquitectura, simula espacios abiertos donde el inquilino parece estar muy expuesto, pero al final cada rincón está dotado de un carácter muy íntimo. El interiorismo, con un dominio del color blanco, consigue enaltecer la belleza austera propia del paisaje circundante, acercándonos a un ambiente rural y sencillo, de silencio y de confort.

Otro punto fuerte del hotel es su cocina ecológica, donde sirven las famosas verduras de la zona, cultivadas y recogidas en su propio huerto. Además, si el producto tiene una rápida preparación, el propio cliente puede salir al huerto para elegir el producto que a continuación le van a servir en su mesa. “De la mata al plato”, así es como definen parte del personal de hotel este servicio. Alcachofas horneadas (sin tocar el agua, para mantener toda la esencia de la alcachofa), cardo, pimientos o migas de pastor, suelen ser los platos más demandados. El precio del cubierto, oscila los 40 euros de media.

Este hotel te llama la atención en sí mismo, te alojas aquí para conocer el hotel”, afirma una de las clientas. Turistas que llegan al lugar para descubrir el parque natural de las Bardenas, amantes del diseño y personas que buscan el clímax del relax, suelen ser el perfil que más se acerca a los clientes de este hotel de cuatro estrellas. Galardonado con veintidós premios de arquitectura e interiorismo, ha conseguido situarse más allá de las fronteras de España como uno de los hoteles con estilo propio que mejor ha sabido explotar de una forma respetuosa las características propias de su entorno.

Un paraje singular
Declarado Reserva de la Biosfera, el parque natural de las Bardenas Reales es único por sus 42.000 hectáreas desérticas y deshabitadas, y a tan solo diez kilómetros de la tierra donde se crían algunas de las mejores frutas y verduras de nuestro país. Curiosamente, a escasa distancia comienza también el paisaje verde y frondoso propio de la otra parte navarra, llena de valles húmedos y ríos de pesca.

Un atractivo turístico por su peculiar terreno, erosionado con el paso del tiempo y cuyas formas siguen cambiando cada día. Veranos muy calurosos e inviernos fríos, acogen a una gran cantidad de buitres, otras aves rapaces, y multitud de reptiles. Un desierto que ha servido de escenario para películas o anuncios publicitarios, y que recibe decenas de grupos de interesados cada semana ansiosos por ver este panorama lleno de formas singulares como el Cabezo de Castildeterra, conocido por los paisanos como “la chimenea de las hadas”. Un suelo arcilloso, de yeso o arenisca por donde todavía pasta el pastor a sus ovejas (encontramos en las Bardenas el Monumento al Pastor), y donde el dominante cierzo (viento frío y seco proveniente del norte), acuña cada barranco y meseta. Un lugar para respirar, donde la campiña sirve como recreo de los cinco sentidos, y que cuanto menos podremos recordar como un espacio diferente.



“Aire de Bardenas”. Carretera de Ejea, km. 1,5 - Tudela (Navarra) / Tlfno.: 948 116 666 /
Precio habitación: 215 - 290 euros/noche.

*Fotos: www.airedebardenas.com

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